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Channel: Hitos del Camino de Santiago
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Finaliza la peregrinación homenaje a Elías Valiña

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HdC. Tras cuatro sábados de "peregrinación hablada", la Asociación de Periodistas del Camino de Santiago (Apecsa) dio por finalizada en Compostela su conmemoración de los 25 años de la muerte de Elías Valiña. El cura de O  Cebreiro, una pieza clave en la revitalización del Camino en los últimos años, fue recordado por amigos, autoridades y ciudadanos que quisieron agradecer póstumamente el trabajo en pro del Primer Itinerario Cultural Europeo de quien, por ejemplo, inventó las hoy famosas flechas amarillas.

Apecsa contó para este evento con la colaboración de todas las entidades jacobeas de Galicia. En este enlace se puede leer la crónica de la última jornada en el Periódico del Camino.

Fotografía del Periódico del Camino.

El puente gótico de Monreal

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HdC. Dice el Códice Calixtino que una de las etapas peregrinas remata en la Mons Reellus. ¿Identificada? Por supuesto. Se trata ni más ni menos que Monreal, en el Camino Aragonés antes de alcanzar Puente la Reina (24 kilómetros separan ambas localidades). El puente de esta última resulta mucho más conocido que el que posee la primera y que permite salvar el río Elorz, pero tanto uno como otro figuran como auténticos hitos del Camino jacobeo.

Tierras navarras, por lo tanto, en las que late Monreal, a la cual García Ramírez concedió el llamado “fuero de los francos” allá por 1149. La población no se dispone en un alto, sino al pie de un gran cerro agreste que llega a los 1.289 metros sobre el nivel de las olas y que figura en los mapas como Higa de Monreal. 

Como es de suponer, allá arriba se construyó un castillo, sustituido hoy en día por una ermita puesta bajo la advocación de Santa Bárbara. Quede constancia de que la panorámica resulta impresionante –el acceso se va a hacer cansino pero nunca difícil-, si bien para el caminante lo más importante es detenerse en el mencionado puente. Verá una obra gótica cuya misión primigenia fue precisamente permitir a los peregrinos salvar la corriente. Como en el gótico se encuadra también el templo que reclama su atención: la parroquial de San Martín, aunque bueno es que el visitante vaya dispuesto a aceptar las modificaciones, ciertamente grandes, que sufrió en el siglo XVIII; un cambio sin duda hasta doloroso, pero necesario porque de otra manera en el XXI sólo quedarían ruinas. 

El Camino en Cataluña: la Mare de Déu del Roure

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HdC. Cataluña y Galicia llevan unidos 1.200 años. Que es lo mismo que decir Cataluña y el resto de España, sea escrito sin trasfondo político actual alguno. Porque por esa comunidad autónoma histórica entraban los peregrinos por hasta seis pasos piranaicos diferentes, siendo el más utilizado el mismo que emplea hoy en día la carretera nacional 9 y la autopista (AP 7): lo más próximo al mar posible, porque así se evitaban subidas y bajadas.

De manera que el caminante que tenía el ansia de llegar a Compostela entraba por Le Perthus, exactamente por el collado de Panissars, y encaminaba sus pasos hacia La Jonquera, para continuar por L’Estrada y Biure. Y antes de alcanzar Molins ya se encontraba con el primer hito de este Camino secundario que Cataluña ha señalizado muy bien y hace media docena de años lanzó con fuerza: el santuario de la Mare de Déu del Roure.

El peregrino asciende una loma nada áspera y en su parte superior verá los restos del monasterio y santuario de la Mare de Déu del Roure. El santuario fue bendecido en 1638, y hoy muestra un aspecto ruinoso pero al mismo tiempo cuidado. En este caso no fue el mero paso del tiempo el causante del declive, sino una batalla allí librada en 1794 durante la llamada Guerra del Rosellón. Pero los orígenes de la comunidad religiosa hay que buscarlos más atrás, quizás en el XIII, como afirman varios historiadores. Claro que hasta ahora lo único que se puede asegurar en que en el siglo XV ya existía. Un halo de misterio lo envuelve.

Foto de Gueraujoan para la Wikipedia.

De París a Compostela en las paredes del monasterio de Poio

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M.S. El majestuoso monasterio de San Xoán de Poio, que ya merece por si solo una visita demorada con sus más de mil años de historia, alberga en su interior una curiosidad jacobea poco conocida. Se trata de un mosaico de 80 metros de largo y 2,60 de altura que recorre tres de las cuatro paredes interiores del claustro de cruceiro, y que fue creado por el artista checo Antoine Machourek hace un cuarto de siglo.

Se trata de un extenso recorrido (de unos 200 metros cuadrados de extensión) por el Camino Francés, desde París a Compostela. Bajo la dirección de Machourek (fallecido en 1991), la escuela de canteros que hubo en el monasterio retrató entre 1989 y 1992 los paisajes de la Ruta, sus animales, los principales monumentos de las ciudades que atraviesa, los escudos nobiliarios de cada zona y muchísimos personajes históricos y populares. Toda la obra se realizó en minúsculas teselas blancas, grises, negras y ocres de apenas un centímetro de lado, con las que se consigue un conjunto de gran majestuosidad.

Se trata, probablemente, de la obra más conocida de Machourek, nacido en Moravia en 1913 e instalado en París después de la II Guerra Mundial. A partir de 1958 vivió durante largas temporadas en Poio. Su estilo, ascético y espiritual, impregna el diseño del mosaico del Camino, una razón más para visitar el monasterio. Al edificio se puede acceder todos los días de la semana (domingos y festivos sólo por las tardes) por el módico precio de 1,50 euros.

El siniestro César Borgia, en Viana

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HdC. La localidad de Viana dista 619,4 kilómetros de Santiago, plena ruta jacobea. Una localidad con un casco urbano amurallado que en sí mismo constituye un hito del Camino, con su palacio municipal barroco y su iglesia de Santa María de portada renacentista que asombra.

Lo curioso es que Viana recuerda con cariño a nada menos que César Borgia, hijo del lujurioso papa Alejandro VI y hombre cruel y libertino que representa justo lo contrario de lo que engloba el espíritu del Camino. César Borgia, pendenciero donde los hubiera, llegó a Navarra huyendo de una prisión de Nápoles. Corría el año del Señor de 1506, y en 1507, en una pelea espada en mano con el conde de Lerín, murió en el campo de la Verdad, en las afueras de Viana. Y, avatares de la vida, está enterrado en la mencionada iglesia de Santa María.

Hoy en día los ciudadanos –y los peregrinos- se acuerdan más de ese personaje dulcificado por la historia que de los cuatro hospitales que abrieron sus puertas en la localidad.

Foto: Aleksei8 para Wikipedia.

San Romao da Retorta, románico y solidaridad

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HdC. El Camino está literalmente plagado -¡bendita plaga!- de iglesias románicas. Y en Galicia aún más. El peregrino va andando y se encuentra con capillas y templos un poco mayores aquí y allá, recorra el Francés o cualquier otro. ¿Un ejemplo? San Romao da Retorta, en el municipio lucense de Gundín y, por lo tanto, Camino Primitivo, con su planta rectangular modificada en el XVIII. Pero en ese siglo de bonanza económica en Galicia la construcción no debía de estar en muy malas condiciones porque “sufrió” los arreglos pertinentes y necesarios, pero no más, de manera que la fachada y los canecillos que sujetan el borde del tejado permanecieron intactos, así como los muros laterales.

Es este, pues, un pequeño hito en el Camino que cristianiza una vía romana (un miliario lo recuerda), un cruce de vías. Además, se está convirtiendo en lugar de reposo de los peregrinos. No por el hecho de que abran sus puertas dos albergues, uno público y otro privado, sino porque se detienen respetuosamente en ese cementerio en el cual yace una persona a la que el Camino no olvida. Se trata de María, una joven que a los 20 años fue arrastrada docenas de metros por un coche en el casco urbano de Lugo, vehículo que se dio a la fuga aunque el conductor fue detenido después. María quería abrir un albergue allí mismo, a cien metros de donde yace para siempre, en unos momentos en los que los peregrinos sólo tenían su casa para descansar y pedir un vaso de agua que nunca les negó su familia. Y la solidaridad sí que es otro hito que abarca a todo el Camino y a todos los caminantes.

Un libro fundamental sobre el viaje de Cosme de Médicis

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HdC. Por lo general, un hito es un momento histórico o un monumento. El resto parece algo menor, aunque al admitir lo anterior se está a priori incurriendo en un error. Porque hay libros que son hitos. Por supuesto, el Códice Calixtino, hoy tan de moda por el juicio al presunto ladrón del volumen en el 2013, el entonces electricista de la catedral compostelana.

Pero existen otros volúmenes que con el tiempo serán considerados relevantes, fundamentales, trascendentales. Por ejemplo el lujosamente editado por la Xunta de Galicia en el año 2004 titulado El viaje a Compostela de Cosme III de Médicis, en gran formato, papel y encuadernación de lujo. Aunque lo principal es el contenido, realmente impresionante porque, salvo que en el futuro alguien pueda demostrarlo, este es el estudio definitivo sobre la venida a Santiago de aquel extraño y poderoso noble, tan piadoso hasta la médula como huidizo de una esposa a quien juzgaba insoportable. De hecho, a las desavenencias conyugales hay que agradecer el que emprendiese el viaje por media Europa y acabase en Compostela.

No es momento de citar el impresionante panel de estudiosos que firman capítulo tras capítulo para no hacer distinciones, y que logran expurgar los textos de los tres cronistas con los que Cosme de Médicis realizó su aventura –además de un muy nutrido séquito de sirvientes-, algunos tan jugosos como los que describen que “el camino hasta la puerta de la ciudad (de Santiago) resultó incómodo, desde donde fuimos directamente al convento de San Agustín, donde estaban preparados los aposentos”. Y es que al príncipe… ¡no le gusta la ciudad! Y no hay duda: “Está situada en lo alto y rodeada en algunos sitios de otros montes más altos, que la dominan. Pequeña, fea y, en su mayor parte, construida de madera; las murallas de piedra con torres intercaladas, pero todas recubiertas de hiedra y gran parte de ellas en estado de ruina”. Cuando el siglo XVII ya había doblado su mitad, por cierto.


Exposición en Santiago sobre el siniestro fuerte San Cristóbal

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MSF. Una exposición recuerda estos días en Compostela la infausta memoria del Fuerte San Cristóbal, la fortaleza decimonónica  que vigila Pamplona y parte del trayecto navarro del Camino Francés. El edificio nunca se utilizó para su principal propósito, defender la ciudad, y pasó a la posteridad como siniestra cárcel durante la Guerra Civil y escenario de episodios como los de una de las fugas más masivas de la historia mundial de las prisiones, en la que participaron varios gallegos. 

Aunque acabó terriblemente mal, la escapada es digna de una película de acción. Ocurrió en la primavera de 1938, cuando el fuerte era ya famoso como uno de los presidios más terribles del franquismo. Entre sus muros se hacinaban dos millares y medio de presos políticos republicanos, sindicalistas o militantes de izquierdas, sometidos al hambre y a la arbitrariedad de sus carceleros. Los muchos que morían acababan en el tristemente conocido como “Cementerio de las botellas”, debido a que sus cuerpos se enterraban con una botella de cristal entre las rodillas, con su documentación dentro, para posteriores identificaciones. 

Hartos de la situación, cientos de presos se coordinaron (dicen que hablando entre sí en esperanto) para organizar un motín a la hora de la cena del 22 de mayo. Unos 800 detenidos lograron escapar de la cárcel, pero la falta de planes para la huida hizo que  sólo tres consiguiesen llegar a Francia. En la persecución y la posterior represión fueron asesinados más de 200 fugados, la cuarta parte de ellos procedentes de Galicia.

La exposición que se puede visitar hasta el mes que viene en Santiago recoge la memoria de los supervivientes del presidio. Ha sido producida por la Sociedad de Ciencias ARANZADI Zientzia Elkartea , la Asociación Txinparta  y la Universidad del País Vasco, y organizada por el Ateneo de Compostela con la colaboración de la Universidade de Santiago de Compostela. Se puede visitar en el Colegio de Fonseca gratuitamente de lunes a sábado de 11 a 14 y de 17 a 20.00 horas.

Anglesola, un pequeño tesoro de piedra en el Camino de Santiago en Cataluña

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HdC. El topónimo tiene resonancias inglesas, por aquello de “angle” (ángulo, aspecto), pero Anglesola define a una localidad que se halla en la provincia de Lérida, en la conocida comarca de Urgel, y que tiene tan sólo 1.300 habitantes. Y toda ella es un hito del Camino, porque efectivamente se encuentra en la ruta jacobea y tiene un casco histórico digno de una detenida visita.

La historia nos retrotrae a por los menos el año 1079, que es de cuando data un documento de cesión de tierras con el fin de ser repobladas. Se sabe que en el 1097 ya estaba levantada su iglesia, y que en 1139 abría sus puertas un hospital para pobres que también acogía a peregrinos. Ese templo, junto con el castillo que también existió, desaparecieron para siempre.

El peregrino accedía y accede por la calle Major, que se va estrechando poco a poco hasta dar en la plaza de Santa Anna. En esa calle están los restos del antiguo convento de los trinitarios: un paño de pared de grandes sillares y una puerta abovedada con el escudo de la orden. En Santa Anna destaca el crucero gótico, que marca la entrada a la parte más antigua de la localidad.

Y una curiosidad moderna: el Espacio del Carro. Ahí la Societar de Sant Antonio Abat guarda una excelente colección de carros y herramientas del campo. Historia pura.

Foto: Resto del convento de los Trinitarios, de www.festacatalunya.cat

El castillo de Medinyà, en el Camino de Santiago en Catalunya, y el antiguo hospital de peregrinos

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HdC. Cataluña sigue promocionando su Camino de Santiago, lleno de pequeños y grandes hitos. Seis eran los pasos de esa comunidad que frecuentaban los peregrinos, muchos de los cuales pisaban en su andar el camino real que cruzaba el pueblo de Medinyà, hoy llamado aquel calle de Pere Roure. Girona queda a una decena de kilómetros tan solo.

Y es justamente en la calle de Pere Roure, en la esquina con la calle de la Font, donde se puede ver el edificio que en su día fue antiguo hospital, a cuya acogida tantos peregrinos se encomendaron. Sin duda es la iglesia y el castillo, situados en lo alto y documentados desde el siglo XI, lo que más va a llenar la retina, pero es este sencillo hospital en que va a dejar huella en la memoria.

La iglesia de A Lastra (Baleira) esconde un secreto del siglo XV

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HdC. La lucense y montañosa A Fonsagrada ha quedado atrás y, con todavía unas cuantas subidas fuertes por delante, el Camino Primitivo comienza a descender para alcanzar Castroverde, antesala de Lugo e indicador geográfico y toponímico de que se avecina una zona de colinas (“outeiros”, en gallego) cuando no planicies. Los topónimos de referencia son, después de A Fonsagrada, la aldeíta de A Degolada, con un templo minúsculo de San Lorenzo vecino del mojón 143,911, la de Couto, el alto de A Lastra y, ya en el descenso, la localidad homónima, que se abre a ambos lados de la carretera otrora infernal y ahora muy ancha y con muy buen firme.

Y en A Lastra abre sus puertas la iglesia puesta bajo la advocación de San Juan Bautista, sencilla y en impecable estado tras la profunda rehabilitación que tuvo la suerte de sufrir hace algo más de un decenio. Muestra una sola nave, rectangular con cubierta a dos aguas y sacristía ocupando buena parte del lateral izquierdo.

Pero lo más interesante está dentro. Ahí llama la atención primeramente su artesonado, luego su pila bautismal y, sin duda, su altar neoclásico de principios del siglo XIX. Y en este último destacan dos tallas barrocas que, al parecer, proceden de una iglesia que ocupó anteriormente ese mismo solar: San Juan Bautista y San Francisco de Asís, datadas entre 1719 y 1941. 

Una vez allí, otra imagen reclama una mirada: es la que representa a la Virgen María con el Niño, y esta sí que es muy anterior: siglo XV. ¿De dónde procede este precioso hito del Camino?





Hitos del Camino, nominado a los Black Wolf Blogger Award

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HdC. Nuestro amigo Emilio Valadé del Río, del blog Paseantesilencioso, ha nominado a Hitos del Camino al premio Black Wolf Blogger Award, una cadena en la que lectores de blogs recomiendan sus publicaciones favoritas. Naturalmente, nos llena de orgullo. Siempre es una satisfacción comprobar que nuestro modesto trabajo de difusión del Camino de Santiago y sus secretos es apreciado por el público.

Participar en este certamen implica las siguientes normas: 

1- Agradecer públicamente a quien te nominó, cosa que hacemos con mucho gusto: gracias, amigo Emilio.

2- Contestar 5 preguntas
   - Cuál fue el primer libro que leíste?
    Como Hitos del Camino es un blog con varios autores sobre la Ruta Jacobea, diremos el título del primero sobre esta temática que trascendió: el Códice Calixtino.
   - ¿Por qué escribes?
    En el caso de este blog, que es colectivo, para promover el conocimiento del Camino de Santiago.
   - ¿Tienes una Musa o una inspiración?
    El Camino de Santiago y su historia, que son tan inagotables que en casi cada curva te ofrecen una narrativa nueva y atractiva.
   - ¿Cuál ha sido tu gran amor?
    El blog lo deja claro: el Camino y las historias que ha generado a lo largo de los siglos, desde las más trascendentes (batallas, luchas por el poder, construcciones de gran importancia artística) a las más pequeñas vivencias de cada peregrino.
   - ¿Escribes lo que vives o vives lo que escribes?
    Escribimos lo que viven día a día los cientos de peregrinos que llegan a Compostela; y sentimos lo que vivimos porque el Camino engancha, también a quien escribe sobre él.


4- Notificar públicamente a los nominados su premio

La iglesia de Santa María de Lestedo y su halo de misterio

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HdC.Tiene un halo de misterio la iglesia de Santa María de Lestedo. Quizás porque fue construida en una zona brumosa, ya en el municipio lucense de Palas de Rei, Camino Francés por lo tanto. Como además no se descubre hasta que se está justo al lado, impresiona aún más. ¿Dónde exactamente? A 70 kilómetros de la tumba del Apóstol.

Lo que el peregrino tiene antes los ojos es un antiguo priorato santiaguista de San Marcos de León, que dejó de ser tal con la Desamortización del siglo XIX. Sencillez y elegancia en una nave única de cabecera recta y con fachada pentagonal que remata en una espadaña también muy simple. La talla del Apóstol Santiago con indumentaria peregrina se venera en el retablo desde el XVIII. Claro que no es la más antigua: existe otra del XVI, pero ésta de San Antón Abad.

Dentro del entorno sacralizado se alza un bonito crucero con una particularidad en la que se fijan pocos peregrinos: en las caras de su base está grabada una inscripción que recuerda cuáles son los beneficios espirituales que resulta posible conseguir rezando cinco veces la oración del Pater Noster, Ave María y Gloria. Para ser sinceros, desentona un poco la cruz, de cemento. Y es que la original fue derribada en su día por el viento, que no entiende de hitos del Camino.

Calvor, en el Camino Francés lucense, de castro prehistórico y monasterio visigótico a iglesia decimonónica

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HdC. Es comúnmente sabido que el Camino Francés deja atrás O Cebreiro y luego el peregrino gana en una jornada Triacastela, donde la Ruta jacobea se bifurca: por la izquierda ofrece demasiado asfalto, pero también el gran monasterio de Samos. Por la diestra –traza de mayor valor histórico- serpentea para cruzar aldeas y lugares que no aparecen en los grandes mapas: Zoo, Pintín, Calvor… Es justamente ahí, en Calvor, donde hace dos milenios los habitantes de lo que hoy es Galicia construyeron un castro llamado Astórica. Y sobre ese castro, y también como algo habitual, con el tiempo se levantó una iglesia con el fin de cristianizar territorio pagano.

El templo se mantiene en pie hoy en día, pero por desgracia no es aquel que en los documentos medievales figura como Vila Calvaria, de inspiración visigótica y que había sido mandado levantar en el año 785 por un tal Adilano. En realidad, Adilano estaba creando un monasterio que puso bajo la advocación de san Pablo y san Esteban.

El exterior no refleja esa pasada grandeza, si bien en el interior es posible ver trozos de la primitiva obra. Pero lo que el peregrino deja a su lado en su pasar data del siglo XIX: se conserva, por suerte, una relación de lo que aportaron los feligreses, unos con su trabajo, otros poniendo materiales a disposición de los primeros. En suma, un humilde hito del Camino, pero, eso sí, cargado de historia.

Alimañas y bandidos en los montes de Oca y el Camino de Santiago

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HdC. En ocasiones los hitos del Caminono son ni hechos históricos ni monumentos, sino accidentes geográficos. Porque salvar ese accidente geográfico sí era y es todo un hito en el peregrinar de una persona. Más ayer que hoy, ciertamente, por las dificultades inherentes a la propia peregrinación. 

¿Un ejemplo? Los montes de Oca. Dejando aparte esoterismos –el topónimo y el juego de la oca, que algunos quieren relacionar con el Camino de una manera críptica– después de Villafranca –“Una villa de pobre caserío”, según el reputado investigador jacobeo JM Lacarra– el peregrino tenía y tiene que subir por unas elevaciones que otrora gozaban de una fama terrible: tanto alimañas como bandidos de toda ralea acechaban a cada paso, y ello obligaba a ir en grupo con el fin de defenderse mejor. 

Arriba de todo está el monasterio de San Juan de Ortega, en un lugar que algunos han comparado con el fin del mundo. Y quizás no les faltase razón.

Foto: Monasterio de San Juan de Ortega (Burgos). Jaume para Wikipedia (CC BY-SA 3.0)

Trinidad de Arre: Puente, hospital de peregrinos a Santiago y oficina de recaudación de impuestos

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HdC. Cinco kilómetros y medio antes de llegar a Pamplona –puro Camino Francés, por lo tanto- el peregrino pisa el puente de Trinidad de Arre/Villava, una obra entre majestuosa y sencilla, de grandes dimensiones y de factura no brillante desde el punto de vista técnico/estético… pero ahí aguanta. Arre está habitado ininterrumpidamente desde los tiempos de las legiones romanas, y fue refundada en 1184 por Sancho VI.
El puente presenta seis arcos y permite salvar el río Ulzama, dando acceso a un convento y antiguo hospital de peregrinos. ¿De cuándo data este? Pues los historiadores no se ponen de acuerdo: algunos buscan el origen en el siglo XIII e incluso en el XII, pero lo cierto es que la documentación escrita se refiere a su existencia en el siglo XVI, lo cual no quiere decir, por supuesto, que no hubiera abierto sus puertas por primera vez mucho antes.
En el XVI comenzó a bajar ostensiblemente el número de peregrinos, sobre todo por los efectos de la preminencia de las tesis de Lutero en todo el este de Europa. ¿Qué hizo la Iglesia católica? Reconvertir el hospital en una clavería. O sea, en una oficina responsable de recaudar tributos e impuestos varios. Eso es historia. A partir de ahí, cada quien que piense lo que quiera.
Foto: Rafax para Wikimedia Commons, CC BY-SA 4.0

O Cebreiro, un hito del Camino Francés que procede mimar un poco más

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Que la aldea de O Cebreiro, en la alta montaña de Lugo, se define por sí misma como un hito del Camino Francés no lo duda nadie a estas alturas. Con sus pallozas prerromanas en pie (una de ellas, convertida en museo), con la larga sombra benéfica de Elías Valiña –el cura que recuperó el Camino de Santiago- y con la llegada permanente, sin excepción diaria, de peregrinos, O Cebreiro queda grabado para siempre en la memoria de quien recorre la Ruta hasta Compostela. Así es desde finales del siglo IX.

Nada nuevo queda por decir de su templo con elementos prerrománicos y su cáliz y patena regalo de los Reyes Católicos, que, admirados y devotos, se detuvieron aquí. Pero lo cierto es que O Cebreiro necesita también algún mimo para que siga siendo lo que siempre fue: un lugar de descanso y de acogida al peregrino. La excesiva comercialización del espacio o el descuido en la higiene no son admisibles ni ahora ni nunca. Conste.

Un texto curioso sobre Padrón y el Apóstol Santiago

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HdC. ¿Descubrir Padrón? En todas partes quedan sitios por descubrir y esta localidad coruñesa que acogió el cuerpo sin vida del Apóstol Santiago no es una excepción. En sí misma es un hito del Camino. Pero ¿lo fue siempre? ¿Cómo lo vieron los viajeros y los peregrinos? Este texto no tiene desperdicio:

“De Santiago cabalgamos cuatro millas a una ciudad que se llama Padrón. En la ciudad de Padrón residió el venerado Señor Santiago y también murió allí y allí realizó muchos milagros, tanto en vida como después de muerto. Como consecuencia de estos milagros se quería trasladar (su cuerpo) de Padrón a otro lugar, se puso sobre un carro tirado por bueyes y se quería llevar lejos de allí, y cuando los bueyes llegaron a donde está hoy la iglesia de Santiago, allí se pararon y nadie fue capaz de moverlos de aquel lugar.

Por mandato del Papa, en la ciudad de Padrón se hizo hundir en el agua una gran piedra, porque los peregrinos arrancaban grandes trozos de ella; sin embargo, se la puede reconocer bien todavía en el agua. Precisamente sobre esta piedra viajó por mar el venerado Señor Santiago; la piedra le sirvió de barco y flotó sobre las aguas”.


Ese texto es de Gabriel Tetzel, y fue escrito en el siglo XV. Huelgan comentarios.

Los Caminos del Norte a Santiago entran en la lista del Patrimonio de la Humanidad

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HcD. Más de 1.500 kilómetros de los Caminos de Santiago acaban de ser declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, en un nuevo gesto de reconocimiento a la importancia cultural, histórica y patrimonial de las Rutas Jacobeas. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura respalda así a los llamados Caminos del Norte, que atraviesan las comunidades de La Rioja, País Vasco, Cantabria, Asturias y Galicia.

La más larga de las rutas reconocidas es el Camino de la Costa, que bordea el litoral cantábrico desde Irún a Ribadeo, donde se adentra en el interior de Galicia para pasar por Sobrado dos Monxes y unirse al más popular Camino Francés a la altura de Arzúa. El Camino Primitivo, por su parte, es una impresionante travesía por las montañas lucenses entre A Pobra de Burón (A Fonsagrada) y Arzúa, donde también toma la ruta principal.

La Unesco también incluye en el reconocimiento al Camino Vasco-Riojano, que se inicia en Irún, en la frontera con Francia, y se une al Camino Francés en Santo Domingo de la Calzada; y el Camino Lebaniego, que atraviesa los Picos de Europa desde San Vicente de la Barquera para visitar el monasterio de Santo Toribio de Liébana y desembocar en el Francés en Mansilla de las Mulas.

Esta decisión amplía el reconocimiento otorgado en 1993 al Camino Francés. En la valoración, la Unesco destacó el "rico patrimonio arquitectónico de gran importancia histórica, compuesto por edificios destinados a satisfacer las necesidades materiales y espirituales de los peregrinos: puentes, albergues, hospitales, iglesias y catedrales". También se tuvo en cuenta que algunas de estas rutas son las primeras empleadas por los viajeros para visitar los restos del Apóstol tras su descubrimiento en el siglo IX.

Voluntariado en Padrón, en pleno Camino Portugués

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HdC. No es un monumento este hito en el Camino: es un conjunto de voluntades. Porque jóvenes de Rusia, Corea del Sur y de toda España se han dado cita en este mes de julio en la localidad coruñesa de Padrón (a donde hace dos milenios regresó el cuerpo decapitado del Apóstol Santiago) para echar una mano gratis et amore. Se han dividido en tres grupos: uno atiende en la oficina de turismo local a extranjeros que no hablan español ni gallego, y en los ratos libres traducen al ruso y al coreano folletos ya existentes; otro se bate el cobre recorriendo el Camino Portugués en el tramo que compete a Padrón y centrándose en mejorar la señalización, llevándosela a la ciudad y repintándola en plan artesano; y el tercer grupo (al que corresponde la foto) se organiza en torno a una mesa al comienzo de O Espolón –por donde pasa la Ruta jacobea- y ayuda a todos los peregrinos que por allí pasan, que en estos días son numerosos.

Lo que es un hito es que mil cien años después del comienzo de las peregrinaciones el espíritu solidario siga más vivo que nunca. También gracias al esfuerzo de estos voluntarios.
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