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Channel: Hitos del Camino de Santiago
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Camino Francés a Santiago: León y el Puente de San Marcos

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HdC. El río Bernesga mide 77 kilómetros, lo cual ya es una longitud respetable. Nace a 1.682 metros de altitud, más arriba del puerto de Parajes, plena Cordillera Cantábrica, y desemboca a 773 en su hermano mayor, el Esla (287 kilómetros). Es conocido porque pasa por León (o para ser más exactos, León se construyó donde está porque por ahí discurría el Bernesga), y es también conocido por todos los peregrinos a Santiago de Compostela porque al dejar atrás esa ciudad hay que salvar el río sí o sí. 

Y desde el siglo XVI ello se puede hacer cómodamente porque Leonardo de la Cagiga levantó ahí un estupendo puente llamado de San Marcos y que sustituyó a otro anterior, el cual ya había cumplido su misión al menos desde tiempos medievales y mostraba su ruina más descarnada.

Todavía hoy esa obra que va rumbo a su quinto centenario se muestra sólida, potente, pesada a pesar de sus arcos tan abiertos. Puede gustar o no, pero lo que nadie duda es que debe figurar en una relación de hitos del Camino.



Página en la que hemos encontrado la fotografía del Puente de San Marcos de León

Santiago de Compostela, sorpresas en el Camino Francés

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E.G. Sorpresa. Pasear por las calles de Santiago siempre garantiza descubrir cosas nuevas. Por eso os invitamos, peregrinos, a no limitar vuestros recorridos a las cuatro calles cercanas a la Catedral sino a adentraros por el casco viejo y sus callejas. A estos dos los hemos localizado en uno de esos paseos. Él, que por su atuendo diríamos que es clérigo de alto rango, en una casa de la Rúa de S. Pedro (por donde entra el Camino Francés). A ella (parece mujer) en As Rodas, muy cerca de la Puerta del Camino, antigua puerta de entrada a las murallas de la ciudad también por el itinerario Francés. Ambos están observando la calle desde hace docenas de años, quizá desde el XVII, de cuando son muchas de las edificaciones que se ven al entrar en el casco viejo compostelano. ¿Por qué los han dejado así, empotrados en los muros? A saber. Si alguien nos ilustra sería fantástico.

Hostal de los Reyes Católicos de Santiago de Compostela: tradición de peregrinos

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E.G. El Hostal de los Reyes Católicos de Santiago de Compostela fue anteriormente el hospital de Santiago y su comarca; y antes hospital y refugio de peregrinos pero también inclusa en la que se acogían expósitos, se bautizaban y se entregaban a amas que los criaban hasta los 3 años a cambio de una compensación económica.

Su construcción tuvo lugar en un tiempo récord (1501-1511) para la época. A pesar de ello la reina Isabel de Castilla, su promotora, no llegó a verlo acabado ya que su muerte se produjo varios años antes. Con el paso de los siglos el magno edificio aún habría de sufrir otra obra express, en 1953, cuando se transformó en hotel de la red estatal. Trabajaron día y noche durante meses para que pudiese ser inaugurado el 24 de julio del Año Santo de 1954 ante el cardenal Angelo Giuseppe Roncalli, que más tarde sería el papa Juan XXIII. Roncali inauguró entonces la Habitación del Cardenal, la más lujosa.


Entre 1511 y 1954, durante 443 años, el edificio cumplió el cometido diseñado por la reina Isabel, acoger, atender y cuidar a peregrinos y enfermos de Santiago. Desde su conversión en Parador aún es posible que unos pocos peregrinos soliciten ser atendidos en el hospital centenario: se mantiene la tradición de dar de comer a los 10 primeros peregrinos que cada día se presenten allí portando su Credencial.

Hoy es posible visitar el edificio sin estar necesariamente alojados en él. Con esta visita veremos curiosidades como el lugar donde estaba el depósito de sanguijuelas del antiguo hospital; o la impresionante capilla con su cierre de enrejado toledano.

Y otra curiosidad. El Hospital tenía jurisdicción propia  y los que atravesaban la línea de cadenas que preside su fachada se sometían ya a su administrador. Esto lo sabían muchos vagos y maleantes, que en ocasiones se refugiaban allí huyendo de la justicia ordinaria.



Mirador geológico de Campodola. Un desvío obligado entrando a Galicia por el Camino de Invierno.

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HdC. Hay que comenzar por decir las cosas como son: hoy en día Compodola no es, aún, un hito del Camino. Porque por esa protuberancia de la corteza terrestre no pasa la ruta jacobea, si bien lo hace muy cerca, tanto que merece la pena invertir un rato en conocerla. 

Situémonos: Camino de Invierno–al que todavía le faltan algunos reconocimientos oficiales, a pesar de que está bien documentado históricamente-, localidad lucense de Quiroga. Al norte empieza a crecer la maravillosa sierra de O Courel (por donde, por cierto, entraba otro Camino tan secundario como bonito). Y en esos prolegómenos se alza Campodola.

Pero, ¿qué es, además de una montaña alargada y alomada? Pues ni más ni menos que el primer trozo de Galicia. Esa montaña presume de ser, en efecto, la más vieja de Galicia, su nacimiento geológico. Muy fácil de admirar desde la carretera porque hay lugares para aparcar y paneles explicativos. Para el peregrino quizás sea incómodo ir andando, pero en un taxi queda muy cerca (y, por lo tanto, la tarifa a pagar no resulta elevada). Porque, ¿qué peregrino no quiere hacerse una foto con este monumento natural de fondo sabiendo que tiene nada menos que 488 millones de años?



Los peregrinos no llegaban a la Catedral de Santiago por la Plaza del Obradoiro

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HdC. La historia no hay quien la cambie: los peregrinos no entraban en la catedral compostelana por la Plaza del Obradoiro. Eso es una “inventio” de poco más de 50 años. Los peregrinos en la Edad Media y Moderna, los tradicionales, accedían a la basílica por la Plaza de Azabachería. Y la correspondiente fachada llegó a encontrarse en tan mal estado –el tiempo nunca perdona- que llegó un momento en que no hubo más remedio que levantar otra, la actual. Desapareció también, en un momento dado, la Fuente del Paraíso que allí estaba y donde los peregrinos se levaban simbólicamente, y fue trasladada al claustro, donde aún puede verse.

Pero en fin, lo que más pasa desapercibido en la actualidad es el frontón curvo de esa fachada de Azabachería, con el Apóstol Santiago encima de todo. Nadie mira para él. Y si lo hiciera se daría cuenta de que ese remate, arriba, está sustentado por cuatro moros atlantes. Claro que nadie iba a pedir a los antepasados que fueran políticamente correctos, porque lo que se estaba representando para el futuro era que los infieles, los seguidores de Alá y Mahoma, del falso dios y falso profeta, los enemigos, tenían que estar debajo de la cristiandad y cargar con el peso de lo que eso significaba: Santiago, victorioso.

La Reina Letizia ya tiene su Pulsera Peregrina

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HdC. La reina doña Letizia recibió el pasado día 25 de julio su Pulsera Peregrina, de manos del alcalde de Santiago. La pulsera fue el regalo institucional del Ayuntamiento de Santiago a la reina, durante la visita que los reyes realizaron a Compostela con motivo del Día de Galicia. El consistorio había ya regalado hace cuatro años la misma pieza a doña Sofía con motivo de su estancia en la ciudad durante el Xacobeo de 2010.


Felipe VI realizó este fin de semana su primer viaje a Galicia desde su proclamación como rey de España, y asistió a la ofrenda al Apóstol acompañado por doña Letizia. Su Majestad la Reina fue obsequiada con la Pulsera Peregrina, una creación de la compostelana Joyería Jael que ejemplifica el espíritu de Santiago y del Camino. Se trata de una joya realizada en plata en la que las diferentes etapas de la Ruta Jacobea se representan a través de varios "hitos" o piezas alusivas.


Desde su lanzamiento, en 2010, la Pulsera Peregrina se ha convertido en otra “credencial” del peregrino a Compostela. Su realización es una muestra más del compromiso de la Joyería Jael con al arte y con la promoción de la ciudad y sus atractivos turísticos y espirituales.


El castillo de las Torres, baluarte en la vía de la Plata

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C. R. A la espalda, El Real de la Jara. Bajo los pies, el arroyo de la Víbora (¡vaya topónimo para animar al caminante!). O sea, 700 metros atrás, la última localidad andaluza. Y la corriente marcando la frontera administrativa con Extremadura. A la diestra, sobre una loma, los restos muy altivos de una fortaleza, el castillo de las Torres, nombre que le viene como anillo al dedo. El peregrino se halla en el municipio de Monesterio, tierras que vieron pasar a los devotos rumbo a Compostela. De hecho la fortaleza, cuyo origen se desconoce, se levantó ahí para proteger la circulación por la Vía de la Plata, que discurre a medio centenar de metros. Los muros y defensas –sobre todo esos cubos cilíndricos- permiten apuntar a que fue construido en el siglo XV o en el XVI. Por apuntar algunos datos más de este hito del Camino de Santiago, al lado de la puerta se conservan restos de un aljibe que tuvo épocas más gloriosas. De todas maneras, la guarnición debió de ser pequeña, la justa para imponer orden en el territorio circundante: el patio de armas tiene tan sólo 500 metros cuadrados, y para eso, algo escasos. Pero, ¿desde cuándo se utiliza un metro para medir el valor histórico de un castillo?

Foto de Repat para Wikipedia, CC BY-SA 3.0

Marcas de propiedad en Santiago de Compostela (I)

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E.G. El paseante atento puede descubrir en la ciudad antigua de Santiago de Compostela signos que van más allá de la belleza de unas rúas cuyo trazado medieval se conserva casi intacto.  Sobre los dinteles de puertas y ventanas se pueden reconocer decenas de marcas de propiedad, símbolos esculpidos en la piedra que remiten la antigua posesión de los inmuebles al cabildo catedralicio, o a cofradías y órdenes monásticas. 
 
Su extraordinaria conservación es un caso único en Europa. Las catalogadas hasta el momento son las marcas de propiedad del cabildo catedralicio de las calles del interior de las murallas medievales. Sólo en esta zona hay más de setenta conchas y escudos. Pero es que dentro y fuera del perímetro de la muralla a las conchas se unen los pinos, cálices, cruces, palomas e incluso gallinas, en un fantástico viaje simbólico a la Compostela del s.XVII, de cuando parecen ser originarios la mayor parte de estos emblemas.

Para comprender su valor y origen hay que remontarse a mucho antes. Tras el solitario templo levantado en torno al sepulcro del Apóstol, la urbe nacería a principios del siglo X con la llegada de una parte del cabildo de Iria Flavia, que se sumaba a las ya instaladas comunidades de Antealtares, Lobio y la Corticela. Es el germen del cabildo catedralicio compostelano, cuyas primeras referencias conocidas se remontan a 1017, pocos años después del ataque del caudillo Almanzor a la ciudad.
Su crecimiento en poder y propiedades sería ya imparable. En la medida en que se  replanteaban y ampliaban las construcciones entorno al sepulcro de Santiago se iba también configurando la ciudad. Las construcciones se realizaban no sólo por la necesidad de acoger a la creciente comunidad religiosa y de órdenes de carácter asistencial sino también porque los bienes inmuebles eran uno de las principales fuentes de ingresos para estas entidades.



En el s.XII  existían en las  inmediaciones de la Catedral de Santiago numerosas casas en las que residían sacerdotes, monjes,  peregrinos y personal al servicio de las instancias religiosas, muchas de ellas arrendadas. En la urbe medieval, el núcleo duro de las propiedades de la Catedral estaba en la zona delimitada por las rúas Nova, Vilar, Franco y Raíña, cuyo trazado se mantiene prácticamente intacto desde entonces. El cabildo y sus miembros eran los principales promotores y propietarios.

A fines del XIV se sabe que el cabildo contaba  con cerca de trescientas casas en el interior de las murallas. Esta riqueza inmobiliaria procedía no sólo de la nueva construcción sino también de las donaciones, o de la incorporación de las propiedades individuales de los canónigos, que a su muerte pasaban a formar parte del patrimonio del cabildo.





El barroco trajo consigo un afán constructivo que no alcanzó sólo a la Catedral sino también a las viviendas y palacios de la ciudad, que se replanteaban, se ampliaban y reconstruían sobre los mismos solares, utilizando el granito en lugar de la madera anterior. En aquel proceso de modificación del aspecto urbano, y posiblemente para evitar confusiones y poder seguir el hilo de los arriendos y subarriendos, se produjo la identificación de las casas. En algunos casos, en los palacios y edificios singulares, se hacía con verdaderas esculturas, escudos de grandes dimensiones que no dejaban lugar a dudas sobre la propiedad. Los restantes, humildes o menos significativos, se señalaban con marcas excavadas en la piedra.

El afán afán por identificar sus inmuebles ha convertido el casco viejo de Santiago de Compostela en un espacio en el que todos, compostelanos y foráneos, podemos identificar las calles y zonas de poder de cada uno de ellos.  Muchos son los que se han preguntado por el origen de la concha sobre las puertas. Popularmente se decía que era porque antiguamente allí se acogían peregrinos. Pero ¿de quién era el cáliz, la cruz de Jerusalén o esos otros raros signos e inscripciones?






Marcas de propiedad en Santiago de Compostela (II): la concha de los peregrinos

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E.G. Fuera de toda duda, la concha o venera es la marcade propiedad del cabildo catedralicio. Originariamente fue una especie de salvoconducto de los peregrinos en el regreso a sus lugares de origen, que demostraba que se viajaba tras haber peregrinado a Santiago de Compostela. Era tan valioso poseerla que muchos peregrinos se hacían enterrar con ellas. Sólo estaba permitido comprarlas en Santiago, ya que una bula papal prohibía que fuesen manufacturados fuera de la urbe y que las gentes las portasen si no las habían comprado aquí. 




Se cree que el cabildo adoptó la venera como símbolo propio hacia el s.XVI y sería después el utilizado para marcar sus propiedades. Hoy podemos encontrarlas fácilmente en las casas de las calles más cercanas a la Catedral –las dos rúas, Franco y Raíña- pero también por Hortas, Carretas, Algalias, Casas Reales, la calle del Olvido, Sar, Hospitalillo o As Rodas, entre muchas otras. Incluso en áreas como As Figueiriñas, en la zona del Carme de Abaixo y S. Lorenzo. La mayor parte de ellas se encuentran vaciadas en las piedras, pero las hay también esculpidas en relieve. Las de extramuros aún no han sido inventariadas.






Las ruinas de Xenodoquium en la Vía de la Plata en Mérida

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HdC. Se llamaba Masona, y en el siglo VI –o sea, plena época visigoda- era el obispo de Mérida. Y Masona, viendo como los pobres se morían como los perros, construyó para ellos un hospital. Rápidamente las instalaciones fueron utilizadas también por los peregrinos que acudían a la tumba de la mártir Eulalia. El edificio acusaba la influencia de otros muchos levantados en el este del Mediterráneo, porque por entonces la vinculación con Bizancio era grande ya que algunos de los obispos de la mitad sur de España habían nacido en Grecia y aledaños. Fue el hospital el famoso Xenodoquium, un edificio central de planta rectangular y remate en ábside. Hoy quedan sus restos, que dan imagen de su grandeza pasada.

¿Qué tiene que ver Xenodoquium con el Camino de Santiago? A priori, nada, pero, primero, acogió peregrinos, y, segundo, los que iban y van a Compostela pasan prácticamente al lado de él. Otrora buscaban refugio allí cuando ya cumplía otras funciones, hoy tiran de móvil y lo inmovilizan en foto. Y siempre, uno de los tesoros artísticos y arqueológicos de la llamada Vía de la Plata.

Marcas de Propiedad en Santiago de Compostela (III): el pino

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E.G. Además de la concha o venera, una marca de propiedad que se repite con asiduidad y en distintas zonas de Santiago de Compostela es la del pino de gran copa, en casos acompañado por las letras SM. Corresponde al Monasterio de San Martiño Pinario, que tiene su origen en un oratorio benedictino del s.X. mandado construir por el obispo Sisnando. La tradición vincula el lugar con la existencia de un gran pino. Con el tiempo el Monasterio llegó a convertirse en la segunda gran edificación de la ciudad, jugando un papel fundamental en el desarrollo de Santiago como meta de peregrinaciones.



 

Tenían posesiones intramuros pero también en arrabales como el Barrio de San Pedro, a la entrada en Santiago por el Camino Francés, donde están muchas de las que se conservan (Rúa y Cruceiro de San Pedro, Rúa do Medio, Rúa da Angustia). No es de extrañar considerando que en 1487 San Martiño Pinario se convirtió en propietario del antiguo Monasterio de San Pedro de Fóra. La Iglesia actual, neoclásica, fue construida sobre los restos románicos del antiguo monasterio.




Marcas de Propiedad en Santiago de Compostela (IV): la cruz potenzada de Jerusalén

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E.G. La cruz potenzada de Jerusalén rodeada por un círculo señala los inmuebles del Hospital Real de Santiago, hoy Hostal de los Reyes Católicos, cuya construcción había promovido la reina Isabel de Castilla tras peregrinar a Santiago, en agradecimiento por la reconquista del Reino de Granada. 

El hospital se construyó en un tiempo récord, entre los años 1501 y 1511. La reina Isabel no llegó a verlo en funcionamiento ya que su muerte se produjo varios años antes. Su objetivo era el de atender a peregrinos y enfermos. Sus símbolos se pueden encontrar sobre todo en calles de sus alrededores, como Carretas y Val de Deus.



Vía de la Plata: las catedrales de Plasencia

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HdC.Cuando se recorre laVía de la Plataa la altura de Extremadura se pasan Zafra, Mérida, Cáceres y se alcanza Plasencia. Y en esa pequeña ciudad sus 41.000 habitantes disfrutan no de uno, sino de dos monumentos que merecen figurar en cualquier relación de hitos del Camino de Santiago: la catedral vieja (o antigua) y la catedral nueva.


La primera, que además contiene el museo catedralicio, es un edificio que refleja la transición del arte románico al gótico. Y es que fue comenzada en los albores del siglo XIII y no se remató hasta el XV. Muestra tres naves con bóveda de crucería. Desde 1931 está incluida en la relación de monumentos nacionales. Si no dispone de mucho tiempo, el peregrino debe centrarse en la torre del Melón (la antigua sala capitular).

Y la segunda, que está unida al edificio románico longitudinalmente, no se comenzó hasta 1498, con obras que duraron todo el siglo siguiente. De manera que ahí hay que hablar de gótico y de renacentismo. Si el reloj impone su dictadura, entonces lo mejor es visitar el coro, con los sitiales de los mismísimos Reyes Católicos, pero en ningún caso hay que dejar de admirar sus dos fachadas, la denominada Principal y la llamada del Enlosado.

Marcas de Propiedad en Santiago de Compostela (V): la paloma

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E.G.  Sobre los dinteles de puertas y ventanas de la ciudad antigua de Santiago de Compostela se conservan una serie de símbolos esculpidos en la piedra, que indican la antigua posesión de los inmuebles. Son las marcas de propiedad. Su extraordinaria conservación es un caso único en Europa.



Una bien labrada paloma parece remitir la propiedad a la Colegiata (Colegio o Cofradía) del Espíritu Santo, Sancti Spiritus, que tenía su sede en la capilla de la Catedral del mismo nombre, del s.XIII, hoy conocida como de la Soledad. 

El culto y cuidado de la capilla estaba al cargo de los miembros de la cofradía, que a mediados del s. XV verían mejorados sus recursos gracias a un legado testamentario. Desde entonces conocidos como los racioneros, hay autores que han destacado el peso que en su economía tenían las propiedades urbanas. 

Varias de las palomas se localizan precisamente en la calle del Espíritu Santo, pero también en otras como Cruceiro do Galo, Bautizados o Entrecercas.



Camino de Santiago en Odense (Dinamarca): una flecha y un corazón

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HdC. Reflexión: por lo general, un hito del Camino es algo tan tangible como un monasterio, un puente histórico, un venerable albergue…. Pero hay otros hitos menos materiales, los que expresan sentimientos, algo de lo que el Camino de Santiago sabe mucho. 

La fotografía que acompaña estas líneas está tomada en el centro de la ciudad danesa de Odense, por donde la Ruta jacobea está muy bien señalizada (aunque sólo durante algunos kilómetros) y, desde luego, está muy bien documentada. 

En uno de los muchos árboles que hay a lo largo del río que cruza la urbe (en verano hay barcos que sustituyen a los autobuses como transporte público) fue pintada la tradicional flecha amarilla, que hasta aquí llegó. Y debajo de ella, el anónimo amigo (o amigos) del Camino que invirtió su tiempo en señalizar el itinerario, dejó claramente señalado su sentimiento: un corazón rojo. Y eso, flecha y corazón, es un hito. Sin duda.

Peregrinos a Compostela: Arbold Von Harff

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E.G. Arbold Von Harff fue un caballero alemán nacido en el castillo Harff de Bedburg, que en el s.XV peregrinó a los tres grandes centros de la cristiandad, Roma, Jerusalén y Santiago de Compostela, dejándonos sus viajes por escrito en un bello manuscrito plagado de bocetos y dibujos. De sus viajes recogió no sólo sus impresiones (en el Camino de Santiago, por ejemplo, le disgustaban ver ahorcados en la entrada de los pueblos) sino también la cultura y las lenguas de los lugares que atravesaba.



A Santiago peregrinó desde Venecia en 1496 para consolar y salvar su alma, según afirmó, pero también para conocer los países y los pueblos que atravesaba el Camino. Era lo que hoy consideraríamos un buen reportero de viajes, llevado por una curiosidad no habitual en su época.

Además de a las 3 ciudades santas, Von Harff afirmó haber peregrinado también a la Meca y haber estado en la India, aunque esta parte de sus relatos se pone en duda. Para comprenderlo diremos que no era raro por entonces que los grandes viajeros exagerasen sus periplos y, como en el caso del caballero alemán, presentasen como propia información tomada de otros aventureros.

Lo que sí parece real -y así está considerado- es su viaje a Compostela. Su libro de peregrinaciones es una buena fotografía de la España de la época, las costumbres, las lenguas, el ambiente en los caminos y los hábitos en los pueblos y ciudades que iba recorriendo. De Santiago dijo que era ciudad "pequeña, bonita y alegre" y con una "soberbia iglesia", aunque se quejaba también del gentío que llenaba la basílica, en la que no todos respetaban la liturgia.

Por él sabemos de la existencia de un rito entre los peregrinos alemanes, que se acercaban a una imagen coronada de Santiago sobre el Altar Mayor para tomar la corona y colocarla sobre sus cabezas, un hecho que provocaba la burla de los compostelanos.






¿Cuánto cuesta hacer el Camino de Santiago?

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HdC. Esta entrada la tenemos en el blog desde agosto de 2010, pero se nos ha ocurrido actualizarla para para comprobar si el post antiguo está o no desfasado. En ¿Cuánto dinero se necesita para hacer el Camino? hablábamos de un gasto medio de 20 a 30 euros por jornada, incluyendo cama y manutención.

Desde entonces la cosa ha cambiado algo. Refiriéndonos al Camino Francés, con el notable incremento del número de peregrinos debemos tener en cuenta que no siempre vamos a conseguir plaza en los albergues de propiedad pública, siempre más económicos. Por ello, para la noche en albergue de peregrinos debemos destinar un mínimo de 10 € por jornada, obteniendo a cambio cama en salas de 4 a 14 plazas en literas; fundas de un sólo uso para el colchón y almohada; ducha con agua caliente; e instalaciones que en la mayor parte de los casos incluye el uso de una sala de descanso común, cocina, lavadora y -con suerte, sobre todo si se viaja en invierno- secadora. Algunos albergues privados pueden subir hasta 15 €, aunque desayuno incluido.

Los albergues de entidades y administraciones públicas han fijado también precio -de 6 a 9 euros- para lo que hasta hace muy pocos años era formalmente gratuito, aunque el buen peregrino dejase siempre una ayuda para limpieza y mantenimiento. Otros cuentan con alguna habitación privada a un coste medio de 30 € (habitación doble) o 40 € (habitación triple, o doble con cama supletoria).

Sobre los restantes gastos, todo dependerá de cómo organice cada cual su Camino. El desayuno puede ser de súper o de cafetería, pero si desayunamos como se debe (al menos zumo, leche, cereales) tendrá un coste de 2,5 a 3,5 €. Los menús del día destinados a peregrinos estarán entre 8 y 12 € en la mayor parte del Camino.

Con estos precios, y sin hacer ningún tipo de exceso, va a resultar que nos harán falta como mínimo unos 25-30 € diarios para poder dormir, desayunar y hacer al menos una comida caliente al día, dando por hecho que la segunda -comida o cena- la haríamos abasteciéndonos en un súper. Nos quedaría un pequeño remanente para una urgencia, por si tenemos que reponer algo de botiquín, renovar piezas de ropa o cualquier otra necesidad que en Camino siempre puede surgir.



Hitos (colectivos) olvidados

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C.R. Hay hitos en los Caminos de Santiago que se dan por descontados. Llevan poco tiempo ahí, no son monumentos ni se merecen una visita, pero sin ellos la peregrinación sería más, mucho más difícil. Por ejemplo, la señalización. Porque marcar todos los cruces desde Roncesvalles para acá fue un auténtico hito, por mucho que existan puntos negros –que existen- que cada vez lo son menos gracias a la labor conjunta aunque desigual de administraciones y caminantes. La flecha amarilla, ese gran invento de Elías Valiña, el cura de O Cebreiro cuya muerte tuvo lugar hace ahora 25 años, corrige cualquier problema. En ocasiones con picaresca incluida, atribuible en el ciento un por ciento de los casos a algún pícaro hostelero. Pero incluso en la Prolongación de Fisterra y Muxía, en plena Costa da Morte coruñesa, es posible ver las flechas amarillas: por la izquierda, a Muxía; por la derecha, al fin del mundo. ¿Es posible decirlo más claro?

Fuente del Paraíso, en la que se lavaban los peregrinos al entrar en Santiago de Compostela

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HdC. Eso de que cada tiempo tiene su afán goza de múltiples aplicaciones. Porque en cada tiempo los peregrinos tuvieron sus gustos, sus preferencias, sus manías, sus tradiciones. Ellos han hecho la historia jacobea y ellos la transforman.


Así, en la Edad Media los peregrinos no entraban en la catedral compostelana por el Obradoiro, como sucede hoy en día. La larga caminata no remataba en ese campo yermo lleno de restos de los trabajos de construcción de la basílica, lugar de segunda categoría, sino en la plaza de Azabachería, hoy muy reformada y con los moros atlantes allá arriba sosteniendo el frontón, castigo ese –el de soportar todo el peso- debido a no profesar la religión “verdadera”.

De manera que ya tenemos a los fieles descendiendo por lo que hoy es la plaza de Cervantes y girando a la izquierda. O sea, dejando a la diestra el monasterio de San Martiño Pinario y bajando cara a la catedral. Pero no se podía entrar con aquel aspecto externo, de manera que los peregrinos se lavaban (a veces la cara, a veces el cuerpo entero) en una gran fuente que pasó a la documentación como Fuente del Paraíso, un rito muy común en todas las religiones.

Los tiempos, los afanes, las preferencias, las manías, han cambiado. Y la Fuente del Paraíso fue jubilada lejos de los peregrinos. La foto lo dice todo: apartada, en el claustro, ya nadie se acuerda de uno de los grandes -¡enorme!- hitos del Camino.

Torrenovaes, misteriosa y atractiva

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CR. A Galicia ha llegado el otoño: descenso de Compostelas en Santiago, aunque todos los días suman varios cientos las entregadas. Con este tiempo, algunos peregrinos preferían no acometer la subida a las montañas de Pedrafita y entraban en Galicia siguiendo el curso del río Sil. Es lo que hoy se conoce como Camino de Invierno, ciertamente poco frecuentado (tiene sus problemas para ser reconocido y homologado por la Administración, tema en el cual ni quitamos ni ponemos).

Esa Ruta jacobea pasa, justo antes de llegar a la localidad lucense de Quiroga, ante el castillo de Torrenovaes o Torres Novais. Se trata de una fortaleza que perteneció a la orden militar de San Juan de Jerusalén, reconstruida en parte y mostrando un aspecto misterioso y atractivo. Para levantarlo se eligió un cerro áspero que permitiese una defensa fácil. En realidad, esos muros, fosos, ventanas y puertas circulares son restos de tres bastiones desde los que se contempla el río Sil, arteria vertebradora del Camino. Su máximo esplendor tuvo lugar en los siglos XVI y XVII.
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